La basura se apodera del mundo, la colonización de los desechos
se ha vuelto uno de los problemas más grandes de la humanidad. Y de los
desechos, el más abrumador e invasivo es el plástico.
Resultan estremecedoras
incontables imágenes de ecosistemas y animales marinos, víctimas del plástico.
Creados debido a las corrientes marítimas, gigantescos
montículos de basura y plástico se acumulan en los océanos Atlántico e Índico,
pero el más grande, cuyas dimensiones alcanza tres veces el territorio de Francia,
se ubica al norte del océano Pacífico, muy cerca de Hawai.
Pese a las medidas tomadas por algunos países para controlar
al uso masivo del plástico, éstas han sido insuficientes ante el acelerado
crecimiento de los desechos plásticos.
A estos esfuerzos se suma los resultados de la reciente
investigación en la Universidad de Swansea. Se trata de un procedimiento
químico consistente en transformar el plástico en combustible.
En una entrevista, el científico Moritz Kuehnel, jefe del equipo de
investigación que desarrolló el procedimiento y que dio a conocer la noticia a
la BBC, explicó cómo se agrega material absorbente de luz al plástico sin
requerir ser limpiado previamente.
Y añadió: “El proceso produce gas de hidrógeno, puedes ver
burbujas saliendo de la superficie, puedes usarlo, por ejemplo, para alimentar
un auto de hidrógeno. Sin embargo para extender el proyecto a nivel industrial
podría estar a años de distancia.”
Este proyecto está financiado por el Consejo de
Investigación de Ingeniería y Ciencias Físicas, y una empresa petroquímica de
Austria.
El investigador entrevistado mencionó que otra mejoría que se
deriva de su valiosa investigación es que a partir de ciertos desechos
plásticos se pueden reciclar para fabricar plástico nuevo.
Ante el problema que se cierne en torno al problema de la acumulación
plástica en los océanos de nuestro planeta, buscar opciones como los
científicos de Swansea debiera ser una prioridad de organismos internacionales, donde todos los países, sin excepción, tendrían que colaborar.
Mientras ese milagro sucede, miramos con admiración y esperanza noticias
como los que nos ofrece el doctor Moritz Kuehnel y su valioso equipo de
colaboradores.
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