INTRODUCCIÓN
“No hay nada nuevo bajo el
sol”, bien pudo haber sido el lema de este portal; pues mucho de lo que
hablaremos ya ha sido dado a conocer. La diferencia, si acaso, es que damos un
giro nuevo a las piezas e integramos otras, de otros juegos; dando origen a nuevas
criaturas.
Desde nuestra modesta opinión, y a riesgo de incurrir en obviedades, hemos de iniciar este escrito inaugural con el siguiente aserto: el saber científico se encuentra, mutatis mutandis, en un punto en el que debe necesariamente superarse a sí mismo. Poco a poco un pulso interno, profundo, va latiendo en el seno de la ciencia que prepara no un simple cambio de piel, sino de una honda transmutación.
Tres conceptos encierran el programa temático que dará identidad a este espacio. El primero tiene que ver con un fenómeno que en cierto modo ha fetichizado –si se permite la expresión- a la ciencia y, particularmente, a las humanidades. Le llamamos linealidad epistémica, diremos sólo por el momento, que se trata de una asimilación esquemática del desarrollo del conocimiento, que le ha llevado por yermos territorios y en bucles sin sentido.
Tres conceptos encierran el programa temático que dará identidad a este espacio. El primero tiene que ver con un fenómeno que en cierto modo ha fetichizado –si se permite la expresión- a la ciencia y, particularmente, a las humanidades. Le llamamos linealidad epistémica, diremos sólo por el momento, que se trata de una asimilación esquemática del desarrollo del conocimiento, que le ha llevado por yermos territorios y en bucles sin sentido.
En este sentido, en segundo
lugar, diremos que la existencia de un cuantioso número de objetos y
situaciones que no embonan en la concepción teórica de la ciencia, ignoradas a
conveniencia, nos ponen ante un enorme signo de interrogación. Les llaman
“anomalías”, pero como decimos, la cantidad es tal a nivel mundial que confirma la idea de que en segmentos significativos del saber científico campea la impostura.
Por otro lado, el tercer hilo
conductor que dará línea a la investigación de nuestro blog es la mirada analítica de la configuración
piramidal del poder. Las herramientas analíticas que ofrece la ciencia plítica o la sociología no son descartadas, aunque es seguro que habrá que salirse del marco analítico que ofrecen estas disciplinas por detenerse cuando se enfrentan a lo insólito o "anómalo". Tal situación hace al mismo tiempo interesante, pero endeble nuestra exposición, tomando en
cuenta que estamos acostumbrados a los referentes que nos brinda las
ciencias sociales en su diversidad de colores y matices. Tal fragilidad
encierra una mirada en horizontes que han sido tradicionalmente objeto de
menoscabo, pero asumiremos el riesgo con responsabilidad, con respeto y lealtad
a la verdad.
Expuesto algunos puntos
esenciales de este espacio, los que alcanzamos a vislumbrar como los más
relevantes, damos inicio y tomamos postura.
LA LINEALIDAD EPISTÉMICA
Uno de los primeros aspectos a
tomar en cuenta es lo que denomino linealidad epistémica, es
aquella idea que concibe al progreso y desarrollo como una construcción dentro
de un continuo temporal arraigado en una creencia derivada de la modernidad, es
decir, de algún modo todos intuimos que conforme transcurra el tiempo y
avancemos en la línea temporal la ciencia avanzará lo suficiente para resolver
los problemas de nuestra civilización.
La modernidad, con cada solución, trae dos problemas más. Unas debido al freno que ponen a la ciencia (como veremos en el segundo punto), otras para preservar cotos de beneficios.
Por ejemplo, el célebre caso de la relación del genio Nikola Tesla con Tomás Alba Edison
bien podría ilustrar como botón de muestra lo que queremos decir. Edison,
al ver el peligro económico que representaba el proyecto de producción de
electricidad inalámbrica de Tesla, optó por destruirlo. Y henos aquí,
produciendo electricidad como hace siglo y medio.
La llamada Revolución Verde; en lugar de terminar con el hambre, atrajo lo opuesto: miseria, desigualdad y afectación del medio ambiente; igualmente la industria de medicamentos, la fabricación de un sin fin de ellos se elaboran calculados para administrar la enfermedad, cuidando sobre todo no minar la rentabilidad de los inversionistas.
Se tiene la percepción de que en el pasado está lo atrasado, lo caduco, y en el futuro están las respuestas y la idea de lo moderno; se tiene un fuerte arraigo en la dicotomía subdesarrollo/desarrollo, premoderno/moderno, atraso/progreso, tribal/civilizado. Como vemos, el movimiento cronológico no sólo de la ciencia y la técnica, sino de la “civilización toda, no es tan rectilíneo como nos lo han hecho creer.
Pensar que la linealidad temporal que vivimos actualmente nos llevará indefectiblemente hacia estadios superiores por el sólo hecho del transcurrir temporal, es una fatídica ilusión.
Se tiene la percepción de que en el pasado está lo atrasado, lo caduco, y en el futuro están las respuestas y la idea de lo moderno; se tiene un fuerte arraigo en la dicotomía subdesarrollo/desarrollo, premoderno/moderno, atraso/progreso, tribal/civilizado. Como vemos, el movimiento cronológico no sólo de la ciencia y la técnica, sino de la “civilización toda, no es tan rectilíneo como nos lo han hecho creer.
Pensar que la linealidad temporal que vivimos actualmente nos llevará indefectiblemente hacia estadios superiores por el sólo hecho del transcurrir temporal, es una fatídica ilusión.
En el caso de la academia,
quizás el fracaso de la episteme impartida en las
universidades se deba fundamentalmente al desarrollo de paradigmas heredados y
circunscritos a la propia Ilustración europea en la que se han basado las
ciencias y las humanidades en el mundo contemporáneo. Los paradigmas fundados
por Kant, Descartes, Hegel y Newton han sido, qué duda cabe, una muestra del
genio humano; el problema es que se han tomado como la meca y único origen del
conocimiento universal, ignorando o soslayando los aportes de las
civilizaciones antiguas inscritas en los países periféricos.
En este sentido existe otro elemento que se podría denominar colonización
epistémica, y pongo el estudio de la Historia Universal como ejemplo para
aclararlo; en cualquier universidad del mundo se divide en Edad Antigua, Edad Media,
Edad Moderna, Edad Contemporánea y la etapa de la Globalización (a partir de
1989). Una de las tesis del doctor Enrique Dussel, profesor emérito de la
Universidad Nacional Autónoma de México sostiene que esto es un error
epistemológico, colonial y eurocéntrico, ¿qué tiene que ver la Edad Media, un
fenómeno histórico exclusivamente europeo, con Latinoamérica, África o Asia? El
doctor Dussel ha detectado que este tipo de enseñanza predomina en todo el
mundo, lo mismo en Indonesia, Kenia o México. La Historia Universal, tal como
se enseña hoy día, es un invento europeo.
Lamentablemente no es un caso aislado o privativo del área de las
humanidades. Otra área del conocimiento en
el que se puede detectar este problema es el de la astronomía. Los mayas desarrollaron
un calendario de una exactitud asombrosa cuando la Inquisición obligaba a Galileo a
retractarse de su teoría heliocéntrica. Bien, cuando se estudia la astronomía,
medicina, arquitectura, etc., incluso en nuestros países periféricos no se
incluyen curricularmente los aportes de las culturas mesoamericanas, o
cualquier otra cultura anterior al predominio europeo.
Esto, evidentemente, no tiene nada que ver con giros decoloniales, ni con posturas poscoloniales o subalternos circunscritos a la crítica de la ratio conquistadora, pero sin ir a la raíz de las culturas megalíticas y ver qué aportan en la actualidad, por ejemplo Nazca, Puma Punku, Teotihuacán, Palanque, Machu Picchu, el propio Egipto, o las culturas de Sumeria, etc. Ni qué decir de China e India.
LAS “ANOMALÍAS” CIENTÍFICAS
Hemos de insistir que en
Occidente prevalece la actitud científica de ignorar y enviar al ostracismo lo
que proviene de conocimiento antiguo, místico o ancestral, igualmente aquello
externo a los dominios de lo que se entiende por “científico” o “moderno”. El
origen de este equívoco se halla en la matriz de un conocimiento construido linealmente que razona en términos de que “lo nuevo supera
a lo anterior”, no obstante la abrumadora evidencias de que en el pasado se ha manejado tecnología muy superior a la actual.
A las evidencias que no concuerdan con la teoría les llaman oficialmente “anomalías”, y la cantidad de “anomalías” que reportan es tal que pone en claro que algunos segmentos de la ciencia se basan más en teorías que en hechos. El arqueólogo Michael A. Cremo y el filósofo de la ciencia, Richard L. Thompson han sido muy claros en este sentido. El primero afirma en La historia prohibida de la humanidad, “En los últimos 150 años los arqueólogos y los antropólogos han enterrado tantas evidencias como las que han desenterrado, literalmente”.
Por su parte Richard Thompson
sostiene: “Nos encontramos ante un filtro del conocimiento. Cuando los
científicos ven que algo no se ajusta al paradigma aceptado, tienden a
eliminarlo. No se enseña. No se discute, y la gente ni siquiera se entera de
ello. Pero el problema no es conspirativo, sino sistémico. Lo cierto es que con
estas prácticas la ciencia deja de progresar”.
"En 1996, la arqueóloga
Jane Steen Mackintyre amenazó con echar abajo la teoría convencional de que el
ser humano es relativamente nuevo en la tierra, que llegó a Siberia hace unos
30,000 años y a América hace unos 20,000. En Tabasco, México la doctora
Mackintyre descubrió herramientas y restos humanos que al someterlos a una
batería de pruebas científicas se dieron cuenta que tenían 250,000 años. Al
revelar su hallazgo Mackintyre se enfrentó a problemas profesionales, las
autoridades suspendieron los permisos y cerraron el yacimiento arqueológico. La
carrera de la antropóloga fue destruida, y no se volvió a hablar del asunto.
Treinta años más tarde unos arqueólogos descubrieron en Siberia vestigios de
seres humanos datados en 300,000 años. Para documentarse más, pueden revisar la
bibliografía de los autores Cremo y Thopmson, y ver en la red el estupendo
video Historia Prohibida de la Humanidad (dejo el link al
final del artículo).
Hace unos de años leí que la
ingeniera canadiense de origen polaco, Paulina Alexandra Zelitsky, haciendo
trabajos de exploración marítima para el gobierno de Cuba, encontró las ruinas
de una ciudad sumergida con estructuras piramidales a 660 metros de profundidad.
Tuve oportunidad de contactarla
y preguntarle directamente sobre las investigaciones de tan importante hallazgo,
la respuesta me dejó helado. Publico su respuesta completa:
“Hola Abel. El Gobierno de Cuba prohíbe el permiso de continuar con este trabajo de investigación desde el año de 2003. En aguas Cubana NADIE puede trabajar, incluso cuando acudimos junto con los científicos Cubanos aun cuando el gobierno de Cuba otorga el permiso para un acudir en un tiempo específico. Nosotros tuvimos un permiso hasta el año 2004, siempre que fuéramos acompañados por los militares Cubanos.
Sin embargo en el año 2003 el Gobierno de Cuba se dio cuenta que nuestras imágenes parecían a los pirámides, y que el gobierno de México podría declarar dichos artefactos, siendo memorial prehistórico (patrimonio cultural) mexicano, con todos los consecuencias correspondientes, y nos quitaron los permisos. Cuando tratamos volver al sitio en 2004 la marina de guerra Cubana vino (amenazó con) arrestarnos si trataremos continuar con este trabajo”.
Se entiende que la redacción
se dificultara, pues el español no es su lengua natal, pero deja muy claro que
el gobierno de Cuba echa mano de argumentos inverosímiles para mantener oculto
el yacimiento hundido. Si, esto es lo que hacen los gobiernos, sean estos o no revolucionarios.
LA PIRÁMIDE, ¿QUIÉN ESTÁ EN LA CIMA?
Es lugar común pensar, creer o
suponer que el mundo está gobernados por lobbys de magnates, que manejan la
banca, los alimentos, los energéticos, etc., y que los gobiernos están allí
para administrar el desastre mientras las cosas ocurren.
Las teorías de la conspiración
sostienen todo tipo de argumentos; van desde la idea de que una cúpula mundial
que representa 1% de la población a nivel mundial, está encima del 99%
restante, hasta que alguna especie de raza reptil o extraterrestre, o determinadas sociedades secretas gestionan el
actual estado de cosas en el mundo. Unos más delirantes, otros menos, sin
embargo la prudente academia se aparta tajantemente de cualquier pensamiento u
opinión que sea calificada como “conspiratoria” (ya sabemos a muchos no prefieren desechar evidencias). Existe una clara línea divisoria donde los sectores críticos
bienpensantes no se ensucian las manos y encuentran acomodo en su marco
referencial y de allí seguir “produciendo” conocimiento, desde lugares ya
conocidos, aunque repetitivos; además, los medios han sido eficaces en crear una cultura que demoniza y ridiculiza a quien plantee semejantes ideas.
El punto fuerte de este
espacio que ahora inauguramos es construir una base argumentativa que se irá
construyendo conforme, progresivamente, publiquemos los artículos, audios y
videos que expondrán una serie de elementos y explicaciones que tienen que ver
con la historia, la física, la arqueología, la medicina, la biología, etc. de
manera que se vaya descifrando ese código oculto que subyace en la realidad que
vivimos.
Es oportuno insistir en nuestra advertencia de que quizás algunas cosas chocarán con nuestro sistema de pensamiento, otras serán ad hoc. Lo que sí prometemos es que existirá una seria indagación de lo expuesto. A mayor extrañeza, mayor será nuestro compromiso de no dejar cabos sueltos, con información de primera mano.
A veces nos ayudaremos de la
ciencia oficial, otras seguramente chocaremos con ella frontalmente, pero
siempre tratando de presentar pruebas apegadas a una acuciosa investigación; de
nuevo, sólo se pide apertura a lo insólito y extraño para llegar a profundas
conclusiones.
Sin más, damos la bienvenida,
no sin antes agradecer su paso por este rincón que aspira no más (pero no
menos) que a ser un islote de honesta investigación.
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