LOS CIENTÍFICOS HAN CONFIRMADO UNA NUEVA FASE DE LA MATERIA: LOS CRISTALES DE TIEMPO

No es una metáfora sacada del poemario de Elena Garro titulado, precisamente, Cristales de tiempo; este hallazgo científico está muy distante de equiparase a la literatura. Los cristales de tiempo de los que hablamos aquí, son resultados de trabajo y pruebas que investigadores de la Universidad de Berkeley realizaron durante meses. Han descubierto, ni más ni menos que un nuevo estado de la materia, la cual se suma a la cuatro anteriores: sólido, líquido, gaseoso y plasmático.

La investigadora de temas científicos de ScienceAlert, Fiona McDonald explica que los 'cristales de tiempo' tienen una estructura atómica que se repite en el espacio y en el tiempo, oscilando sin energía.

Los cristales de tiempo se conocen como un ejemplo de materia en 'no equilibrio', lo cual trae novedades a la comprensión del mundo que nos rodea, pero además sorprendentes aplicaciones en el campo de la tecnología, como la computación cuántica.

Estos extraños cristales anuncian una nueva era a la física. Uno de los investigadores del hallazgo, Frank Wilczec, dijo: "Los cristales de tiempo son estructuras que parecen tener movimiento incluso en su estado de energía más bajo, conocido como estado fundamental". Esto significa que si la red de carbono de un diamante o un rubí en su estado fundamental están inmóviles porque están en estado de equilibrio, y por ello no gastan energía. Los cristales de tiempo, por el contrario, tienen movimiento y eso hace que experimente un nuevo estado de la materia.

Lo extraordinario de esta investigación además del peculiar descubrimiento, es que los centíficos se hallan frente una veta en este campo. Afirman que en el universo hay más tipos extraños de materia que no están en equilibrio como los que conocemos en nuestro día a día. Esto apenas comienza.

Por el momento existen dos grupo en la misma línea de investigación, además del grupo de Berkeley representado por  Norman Yao. Uno se lleva a cabo en la Universidad de Havard y otro en la Universidad de Maryland, ambos basados en las investigaciones de Yao.