lunes, 6 de febrero de 2017

EL CAMPO UNIFICADO Y LA CONSCIENCIA


Basado en la investigación sobre conceptos de física y psicología transpersonal, este artículo propone asomarse a la correlación existente entre el campo unificado (como fuerzas invisibles que influyen en nuestro entorno y en nuestra biología) y la unión de nosotros mismos con esas fuerza a través de la consciencia.

El campo unificado se conoce en física como una teoría que agrupa y explica cuatro campos que influyen en toda la materia del universo; dichos campos interaccionan entre sí y están representados por cuatro fuerzas, éstas  son:

La fuerza nuclear fuerte: Se encarga de mantener unidos los protones y los neutrones para formar el núcleo del átomo.

La fuerza nuclear débil: Esta fuerza es la responsable de los cambios de los electrones y protones dentro del átomo, por lo tanto es resposansable de la velocidad de las reacciones nucleares, tal como ocurren en algunas estrellas, como el sol, y en el origen de las explosiones volcánicas.

La fuerza electromagnéticaResponsable de la estructura de la materia a escala atómica y molecular. La interacción entre las partículas con carga eléctrica y, por extensión, de todas las reacciones químicas (es decir, de todos los fenómenos biológicos). Actúa sobre todas las partículas cargadas eléctricamente, con un radio de interacción infinito; gracias a las interacciones electromagnéticas existe la electricidad, el magnetismo, la interacción entre luz y materia.

La fuerza gravitacional: Interviene en la rotación de la tierra y mantiene a los planetas orbitando elípticamente en torno al sol. Todas las fuerzas, toda la materia, el potencial total de la ley natural, se encuentran en el campo unificado. 
Resultado de imagen para el campo unificado

Toda la creación natural proviene de estas cuatro fuerzas, por eso es tan importante conocerlas, pues nos determinan sepamos de ellas, o no. Afecta todo, salvo una cosa, al parecer: la consciencia.


El campo tiene un infinito poder de organización desde el movimiento de las galaxias hasta los ritmos biológicos de la naturaleza en su totalidad, incluyendo por supuesto los del organismo humano. Se trata de un campo infinito de organización.


En este mismo sentido puede decirse que el cuerpo humano es una réplica de lo que hace el campo unificado. En el cuerpo humano concurren millones de reacciones bioquímicas por segundo, cada una de cuales está correlacionadas con todas las demás; existen pues, una infinita coordinación de cada evento bioquímico dentro del organismo.


El campo, así, se revela como algo infinito y continuo, nunca cesa, no tiene límites en el tiempo ni en el espacio, siempre está en equilibrio, no requiere nada de afuera porque todo está contenido dentro de sí, por eso se dice que es autoreferente. En el campo están contenidas todas las posibilidades.


Muchos habrán ya advertido que si a esta breve caracterización, cambiamos la palabra "campo unificado" por "Dios", se estará muy cerca de la manera en que algunas filosofías teístas entienden la divinidad.

Esto lleva necesariamente a plantear lo que sigue. Si en dicho campo existe un todo ordenado y equilibrado y en él está contenido todo cuanto existe, ¿por qué el dolor es una constante en el mundo?


Imagen relacionadaExiste un factor que diferencia a la humanidad de otras especies. Y subrayo, diferencia para evitar siquiera sugerir la pretendida "superioridad" humana en el reino animal. Ese factor es la consciencia; hay evidencias abrumadoras de que en el reino animal existen diversos grados de consciencia, entendida como conocimiento de sí; sin embargo, la especie humana combina una serie de elementos que le permite crear una complejidad llamada cultura, o civilización. El ser humano ha sido capaz, no sólo de preguntarse por su propia existencia y crear símbolos, de ser conciente del tiempo como historia y, al mismo tiempo, proyectándose futuro; también ha sido capaz de indagar en el mundo material y en el espacio que le circunda.


La consciencia humana tiene características no encontradas en ninguna otra especie; además, su desarrollo y expansión está vinculada con otra caraterística humana: el albedrío, la voluntar de ser. Sin embargo, pocos son los individuos y son pocas la ocasiones en que nos detenemos a pensar en nuestro estar en el mundo en tanto humanos, pues en lo cotidiano nos imbuimos en nuestra vida de manera aislada, e ignorantes de la existencia del campo unificado, más aún cuando nuestra atención está centrada en la tragedia por la que atraviesa el mundo.

Este planteo lo traemos a propósito para entender el papel que juega la consciencia -es decir, la noción de nuestra diferencia en el reino animal- en el balance de los aspectos perniciosos que afectan los destinos humanos. Dicho de otro modo, mientras más decidamos experimentar la dualidad, la dicotomía o la ignorancia de nuestra peculiaridad en la nauraleza, mayores problemas experimentaremos como especie.



Resultado de imagen para unidad humanaEs fundamental saber que la consciencia humana es una singularidad -es decir, su existencia no se explica cientificamente- en la Tierra; pues ésta, como hemos dicho, se encuentra fuera de la influencia del campo, y es sólo a través de la propia consciencia o la voluntad de ser consciente como podemos ingresar en el proceso integrador del campo unificado, ¿de qué manera?, superando la separatidad y la dicotomía a través del ejercicio pleno de nuestra consciencia.

Ejerciendo nuestra voluntad es que podemos conectar mediante la consciencia, o bien, separarnos del campo, es nuestro libre albedrío quien determina vivir disociados, o en la unidad con todo; el medio para lograrlo, ya se sabe, es el cultivo o el desarrollo de la consciencia, resonando cada cual con la forma y la manera para lograrlo. Algunos la encuentrarán en la psicología transpersonal, en la gestalt, en el psicoanálisis; otros en la práctica religiosa, en la meditación trascendental o en la filosofía teísta. El camino, cada cual lo encontrará. 








* Hoy día, la explicación del origen de la humanidad a través de la teoría evolutiva está fuertemente cuestionada por una corriente de biólogos moleculares que se agrupan en lo que llaman "Diseño Inteligente".






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