lunes, 24 de abril de 2017

DE DIOSES Y REPTILES (1a Parte)


Inmersiones en el tema alien

Tocar el tema extraterrestre inevitablemente suscita toda clase de reacciones, desde la descalificación, el fastidio o la burla, hasta la creencia dubitativa o apasionada, rayando algunos casos en el fervor religioso. 

Imagen relacionadaExpertos y legos, los que cambian de opinión, los que se quedan y los que regresan; ingenuos, tibios, mesurados, los apasionados de matices diver-sos, todos, se posicionan ante el controvertido tema. 

En la frontera del fenómeno ovni se levanta un muro construido de negativas sistemáticas de gobiernos, miembros de la ciencia pura y dura así como sus adeptos; pero también de creencias que aseguran que los extraterrestres son ángeles o seres bondadosos, o la 
perversa contraparte reptiloide que desde un tiempo ignoto se sitúa en la cúspide de la pirámide mundial desde donde controla y se beneficia del dolor humano; dioses milenarios o razas infiltradas, dicen, en los gobiernos.

De ambos lados emergen personajes prestos a lapidar con el calificativo de «tozudo», o «farsante» al del bando contrario, o a quien cuestione sus creencias. La dicotomía de «creyentes» y «escépticos» ha estado polarizada desde muchas décadas atrás. 

Y el problema tendría una simple solución si asumimos con la más elemental tolerancia que cada uno se halla dentro de un paradigma que le posibilita entender el fenómeno con lógica y sentido.

Es inútil meterse en estériles batallas de convencer al otro de su «error». La clave, quizás, es respetar el proceso de cada quien; no se pondrán de acuerdo porque los prismas con que observan y entienden el fenómeno son muy distintos; las herramientas analíticas, el método, el marco conceptual, son diferentes. No lo verán de la misma manera, a menos que lleguen, por sí mismos a un entendimiento distinto.

Quienes aseguran la existencia alien, están expuestos a un sinfín de «evidencias» fraudulentas que saturan las fuentes de información contribuyendo al escepticismo y a hacer pesado y tedioso el serio abordaje del tema. Sin duda, este problema se debe básicamente a gente sin escrúpulos que abonan a la incredulidad y da elementos al escepticismo.

Resultado de imagen para 9 6Es fácil encontrar historias de lo más delirantes e inconexas que pueda uno imaginarse; tal cosa bien puede deberse a la ingenuidad de quien difunde sin confirmar la información que permita dar coherencia a sus publicaciones. 

Pero es justo advertir que se difunden historias que, de no contar con información previa pueden parecer absolutamente inverosímiles y delirantes, y sus divulgadores podrían ser parecer dignos candidatos a la camisa de fuerza, por lo menos. Sólo, insisto, si se atiende parcialmente el relato.

Para quienes están prestos a atender argumentos que aspiran a ser sólidos y honestos es que escribimos este artículo, con una postura que se podría definir con el oxímoron "creyente escéptico".


El caso extraterrestre desde la ciencia

La paradoja de Fermi, expresada por el Premio Nobel de física Enrico Fermi
en 1950, en breves palabras plantea: Si existen las civilizaciones interestelares, si los extraterrestres existen, ¿dónde están?

En primer lugar, que un físico exprese la posibilidad de la existencia extraterrestre es ya significativo, ¿qué le lleva a plantear la pregunta a un hombre que lejos estaría de las teorías de la conspiración? Al parecer el tema no es del todo inconcebible como piensan algunos, quizás menos calificados que Fermin. El siguiente paso es analizar las evidencias.

Resultado de imagen para enrico fermi
Para empezar, es pertinente referirse a la Ecuación de Drake que es una fórmula capaz de estimar el número de civilizaciones extraterrestres. La ecuación arroja información concluyente en relación a que el contacto extraterrestre no debe pensarse como algo extremadamente raro, ni descabellado.

Muchos han sostenido y sostienen, sin embargo, que el impedimento fundamental para la existencia de vida extraterrestre son las distancias interestelares. Lo que pasa aquí es que pensamos en términos de unas leyes físicas a las cuales no tienen que responder necesariamente tecnología no humana, tal como ya han documentado científicos de Harvard, e innumerables evidencias que presentaron en el Congreso de Estados Unidos, científicos, funcionarios y militares en 2013.

Matemáticamente hay posibilidad de existencia extraterrestre, y esta posibilidad viene del radioastrónomo norteamericano y presidente de Frank Drake, quien además fuera presidente del SETI, acrónimo en inglés de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre, patrocinado por la NASA.

Un físico se pregunta: «¿es posible que haya vida extraterrestre?», un astrónomo, responde: «sí, es posible». 

Al parecer la NASA lo ha creído, y tanto que no sólo ha financiado un instituto dedicado a buscar vida extraterrestre, sino que lanzó en 1972 la sonda Pioneer 10 con una placa inscrita en la que informaba, a una eventual civilización extraterrestre, acerca del ser humano mediante un mensaje codificado. 

La placa fue diseñada por notable astrofísico Carl Sagan y el propio Frank Drake. 

Si la sola idea de vida extraterrestre es ridícula, ¿qué sentido tiene destinar millones de dólares en su investigación, y por qué algunas de las mentes más lúcidas se hayan involucrado en su estudio?

A esta altura del artículo, la cuestión no es plantearse la posibilidad de vida extraterrestre, sino cuáles son elementos que validan su existencia; más aún, su presencia en nuestro planeta. Detectamos algunos cabos sueltos que al unirlos dan una idea de la respuesta a estas cuestiones.



El factor adámico: El ADN extraterrestre

La primera pieza está vinculada con el origen mismo de la humanidad. La ausencia de pruebas definitorias y la explicación que dé cuenta del súbito salto evolutivo, de las habilidades cognitivas que obtuvo el hombre en un periodo muy corto comparado con los procesos de otras especies da mucho qué pensar.

Resultado de imagen para placa inscrita en pioneer 10
En relación a las inmensa cantidad de especies que han habitado nuestro planeta, se sabe que el ser humano ha sido el único que sufrió un cambio sustancial durante su proceso evolutivo, que lo llevó a desarrollar la conciencia y el pensamiento lógico-deductivo; es decir, el tránsito inusitadamente rápido que nos llevó de la hominización a la humanización.

En diciembre de 2004, investigadores del Instituto Médico Howard Hughes de la Universidad de Chicago publicaron los resultados de un estudio donde afirman que la sofisiticación del cerebro humano es resultado de algo llamado acontecimiento especial.

Según este estudio, la inteligencia humana no es sólo resultado de la evolución; hace unos 50,000 años, los genes atravesaron un cambio intenso en un periodo relativamente corto, algo que algunos llaman el Big Bang del cerebro, tal evento va en contra del proceso natural evolutivo y que se explica sólo con la intervención intencionada, una especie de manipulación genética en la raza humana.


Una de las teorías que nos enseñaron en las escuelas -y aún hoy día se enseña- es que la migración del homínido de los árboles a la tierra, posibilitó la postura erecta, postura que intervino en el volúmen craneal lo cual, junto con el proceso evolutivo y de adaptación, así como el proceso creativo, le llevaron a construir herramientas e hizo posible un ser más diestro e inteligente.

En la actualidad, ante la vertiginosa producción de información en distintas áreas es difícil dar seguimiento, sin embargo se puede rescatar la investigación publicada en la revista Science, en 2015, en la cual investigadores de la Universidad de Toronto revelan que fue un evento molecular en las células la causa de que el cerebro humano sea el más complejo. Se afirma que la proteína PTBP1 podría explicar porqué el ser humano posee la estructura cerebral más compleja y desarrollada del planeta.

Al parecer, más que a factores evolutivos, la sobresaliente inteligencia humana se debe a factores y mecanismos bioquímicos sofisticados .

Una audaz afirmación de uno de los padres del genoma humano va en el mismo sentido que los científicos e investigadores de la Universidad de Toronto, sólo que su afirmación fue expresada 42 años antes. En 1973 el descubridor de la estructura del ADN, Francis Crick (Premio Nobel 1963), y el químico Leslie Orgelen (Premio de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU.) publicaron el artículo intitulado Directed Panspermia, en el Vol. 19 de la revista de divulgación cientítifica Icarus, donde afirman que la vida en nuestro planeta había sido inseminada por actividad deliberada de una civilización extraterrestre. Los autores llamaron a este proceso «panspermia dirigida».

Imagen relacionada
El Dr. Ian Tattersall, curador del Museo Nortamericano de Antropología e Historia Natural, coincide con la afirmación de Francis Crick, puede verse en su programa de investigación sobre la evolución humana

El astrónomo Fred Hoyle, quien fuera director del Instituto de Astronomía de Cambrige, propuso que la existencia del género humano es matemáticamente tan improbable como la posibilidad de que «un huracán entre en un desguace y que deje a su paso un avión montado». Esto sugiere que en la creación de vida, particularmente de vida humana, hubo una serie de hechos intencionados y dirigidos.

Hoyle también ha expuesto, entre otras, la teoría de la Panspermia, según la cual la vida en la tierra se originó a partir del material orgánico que viajaba en los meteoritos que se impactaron contra la Tierra en el proceso de la formación terrestre.

Mientras, el astrobiólogo Paul Davies, (Centro Australiano de Astrobiología) y el astrofísico Charles Lineweaver (Universidad de Nueva Gales del Sur), publicaron un artículo en la revista Astrobiology en el que sugerían que «podría haber intercambios tempranos de material genético entre alguno de nuestros ancestros y alguna forma de vida alienígena». 

En una entrevista a la revista Culcyt (Cultura Científica y Tecnológica) de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Paul Davies propone que «mediante retrovirus, una civilización distante podría haber colocado un mensaje en el genoma de los organismos terrestres... y estos mensajes se preservarían y replicarían casi sin cambios durante millones de años». Debe recordarse que el ADN es una manera de almacenamiento, conservación y reprodución de información.

Consideramos que con los ejemplos expuestos, sólo unos cuantos de los existentes, podemos darnos cuenta de que, no sólo la existencia de vida extraterrestre, sino su intervención es mucho más seria de los que se supone.

Es cierto que los planteamientos que expusimos no gozan de total aceptación en la comunidad científica, porque son especulativas y algunas no llegan ni siquiera a teorías, pero no lo son más que las que se dan por válidas en los programas de estudios de la educación formal.

Un físico pregunta: «¿es posible la existencia de vida extraterrestre?». Un astrónomo responde «Sí, es posible». Y un biólogo molecular añade: «Han estado aquí, y hay evidencias su intervención en la creación de la raza humana».

Debe reconocerse la valiente decisión de que estos personajes de ciencia arriesgen su vida profesional al hacer tales declaraciones, pues al hacerlas, su exponen al ostracismo enfrentando la versión oficial detrás de la cual, sin duda, hay poderosos intereses, pues de otra manera no se explica que el tema no pueda ser siquiera nombrado en los espacios de producción científica y académica, y que los medios relegen estos temas al entretenimiento, en el mejor de los casos.


No hay comentarios. :

Publicar un comentario